El Estado existe en todas las sociedades que poseen organización política, por sencilla que sea. También podemos decir que el Estado surge en la modernidad a raíz de una serie de hechos históricos, entre los que se cuenta la aparición de una nueva clase social, la burguesía. Pero también no surgen algunas preguntas como: ¿podría haber sociedades sin Estado? Y, en caso de ser así, ¿serían mejores o peores que las que lo tienen?
Ante estas cuestiones podemos plantear dos posibilidades:
-El Estado no es necesario. Esta postura ha sido defendida por un movimiento político conocido con el nombre de anarquismo.
El representante emblemático del anarquismo fue Bakunin (1814-1876). Dedicó su vida y sus esfuerzos a defender las libertades individuales y a oponerse al autoritarismo estatal, hecho que le llevó a ganarse la enemistad de los comunistas, entre ellos, la de Marx.
Etimológicamente, anarquía significa "sin jefe" y, por extensión, "situación caracterizada por la ausencia de normas y autoridad". Durante mucho tiempo se usó este término como sinónimo de caos, confusión y desorden, en un empleo claramente crítico y peyorativo. En el siglo XVIII surge el anarquismo como movimiento político, social y moral, caracterizado por la oposición a toda tiranía y coacción. Sin embargo, es en el siglo XIX, con Proudhon (1809-1865) y Bakunin, cuando el anarquismo se reviste plenamente de la ideología política a la que se le asocia actualmente. Esta ideología se basa en la creencia en el carácter ilegítimo y corruptor de todo poder, y defiende la necesidad de una comunidad libre de toda coacción. Las ideas anarquistas influyeron poderosamente en algunos movimientos revolucionarios característicos de ese siglo.
Para los anarquistas, el Estado no sólo no es necesario, sino que además es indeseable. La historia, argumentan, nos ofrece abundantes muestras de ello. Históricamente, el Estado ha sido un instrumento de opresión que sólo ha favorecido a los poderosos y que ha generado ambición, odio, abusos, esclavitud, guerras y, prácticamente, todos los males que ha sufrido las sociedades humanas.
Para los anarquistas, la vida es esencialmente social; sin embargo, ello no implica la existencia de un poder central y opresor, El ser humano es bueno por naturaleza; es decir, sería bueno si viviese en una comunidad libre e igualitaria. En ésta, la natural bondad humana garantizaría la solidaridad sin que fuera necesaria su imposición.
-El Estado es necesario. La ideología anarquista, a pesar de la relevancia que ha tenido en algunos momentos, no refleja la opinión que se ha mantenido mayoritariamente. Para casi todos los pensadores a los que ha interesado este tema, el Estado es imprescindible básicamente por dos razones:
*Como el Estado monopoliza la fuerza(es el único que puede hacer uso legítimo de ella), limita y controla los brotes de violencia que puedan darse. En efecto, la competitividad, la rivalidad y la agresividad son tan naturales al hecho social como la cooperación y la solidaridad. Por ello, el Estado se presenta como el único capaz de evitar que estas tensiones y conflictos hagan peligrar la estabilidad social.
*El Estado, además, es necesario porque es la única instancia que promueve el bien común. Los individuos particulares y las distintas asociaciones que componen la sociedad civil están tan preocupados por conseguir sus propios objetivos que hacen imprescindible una institución (el Estado) que se ocupe del interés general. La construcción de obras públicas, la defensa común, la protección del medio ambiente, la ayuda a los más desfavorecidos, la organización de una red sanitaria gratuita o la extensión de la educación a toda la población son objetivos que convierten en necesaria la existencia de un poder político centralizado.
(AA.VV. Filosofía y Ciudadanía. Editorial Edebé. Barcelona. 2008).